lunes, 28 de marzo de 2016

Cast

Nunca he creído en lo que no pasa. Cada vez que alguien me platica sus historias dignas de estatuses "es complicado" me causa una pedorrera fatal, una incomodidad fea que me hace rodar los ojos al cielo. No es mala onda, es sólo que no está en mi naturaleza permitirme sufrir mucho rato ni por cosas ni por personas. Si algo sucede es porque debía suceder y justo ahora, caigo en la realización de que he caído en la tonta trampa de lo que no pasa. No sé por qué pero siempre quedamos en veremos. Todas las veces en las que estaba él tan ahí y a la vez tan no ahí. Lo mismo conmigo. Imagino que ha de ser el día a día de los que seleccionan el reparto de las películas o las obras de teatro. Están las historias, los diálogos, los escenarios y un montón de ilusos actuando para dar el ancho. ¿No somos todos un poco así?

viernes, 18 de marzo de 2016

La puerta abierta

Esta semana estuve pensando varias veces en lo agradecida que estoy por cosas que he aprendido gracias a mis amigos. Pero naturalmente llegó un momento de autocrítica donde pensé: ¡rayos! y ¿qué les aporto yo a mis amigos? Y no nada más a ellos sino también a mi familia y en su momento, a algún novio o prospecto.

Luego de un montón de pensamientos tarugos sobre cómo no les aporto nada me di cuenta que cuando menos con cuestionarme sobre ello es obvio que tengo la disposición, plenamente consciente, de que quiero aportarles algo y poco a poco lo iré logrando. 


De aquí parto para mejorar en mis técnicas de repartición de alegría, por más gay que se escuche; algo de conocimiento, por lo general auspiciado por google pero igual; apoyo moral para llevar a cabo alguna idea o pensar muy fuerte en cómo resolver un problema. 


Todo esto me recordó una cápsula de Facundo donde trataba de desmentir el mito de que los canadienses siempre dejan la puerta abierta, sólo para darse cuenta que efectivamente jamás la cierran. Y así, me parece una buena metáfora pensar que si hemos recibido buenas cosas de otros, es menester responderle al universo de manera igualmente buena onda. Dejando la puerta abierta. 





jueves, 10 de marzo de 2016

Suéter de panda

Decisiones. Por lo regular, cada vez que sigo mi instinto salgo victoriosa, y cada vez que dejo que alguien tome decisiones por mi, o que siento que no van conmigo solo me resulta bastante molesto, como si algo de mí se difuminara y no fuera completamente yo.

Últimamente he aprendido que no hay un único deber que hay que seguir, sino que cada persona establece su propio deber ser yo. Y mientras más nos conozcamos a nosotros mismos, más fácil nos resulta ser libres, bajo nuestro propios parámetros.

Será que el precio que pagamos para alcanzar el deber ser yo es tener que cruzar muchos caminos del ¿me gustará este yo? Probablemente hay que conocer, experimentar, saborear y darse la oportunidad de entrarle a cosas nuevas. Todo porque "nos gusta aprender". Sin miedos. Porque al final si las cosas no terminan como esperabas ¡te ganas aprendizaje!

La verdad es que me molesta dejarme influenciar por cosas que no me gustan o con las que no me identifico. ¿Cómo identificarlo? Algo así como que cuando haces algo y te molesta, aguas, estás siendo estúpido.

Empieza a gustarme decir que no.

Es mi decisión y gracias por intentar moldearme, pero esa es tarea que no todos necesitamos.

Es algo así como cuando tus amigas te incitan a usar la chamarra de piel, que te hace ver mainstream sexy en el antro, pero tu mas bien te sientes cool con tu cómodo suéter de panda. Ese que enamora.