jueves, 21 de abril de 2016

Prioridades

Me acuerdo cuando llevaba un diario. Era, supongo, como ir al psicólogo. Me ayudaba a formar mi personalidad y a aprender a caerme bien al releer lo que escribía. Hace tiempo que dejé de escribir en el diario pero se me quedó algo de la costumbre de escribir, de escribir bonito y de pensar y hacer cosas para seguirme cayendo bien. Pienso que caerse bien es afirmar la autoestima, pero otro día explico más de eso.

Lo que hoy quiero hacer es retomar una vieja costumbre que tenía, de recordarme mis metas. Era una buena manera de auto coacheo porque nunca me ha gustado que estén encima de mí apurándome con las cosas que debo hacer. Sólo yo sé lo que debo hacer, cuándo y cómo lo quiero hacer.

Tenía mis pretextos respecto a por qué no podía continuar la tesis: no tengo stata, decía. Y hace menos de un minuto que lo descargué gratis en internet.

¿Quién sabe de dónde caen los momentos en los cuáles dejas de pensar en cómo hago esto o lo otro y solo haces esto o lo otro? De donde quiera que haya caído, gracias.


viernes, 15 de abril de 2016

Will the sun rise?

Conocí a alguien que me inspiró a imaginar que la vida es como un gran cuadro. Todo comenzó cuando un día, no sé por qué, le pregunté su color y me contestó que era azul. Ese día había leído sobre las estrellas en el clásico libro "Cosmos" de Carl Sagan y recordé que las estrellas azules son jóvenes y calientes. Y después del tiempo que llevo de conocerlo confirmo que ese señor es azul. 

Este sentimentalismo del cuadro de vida me hace querer lograr una obra maestra. Y hablo en primera persona porque mi realidad es la única que de veras conozco, aunque medio entiendo. Día a día, escojo los colores que alimentan mi alma. A veces son dorados, otros verde-banderescos, grises, violetas, rosas, naranjas, fuscias, amarillos, colorados y también negros. Para aquellas personas sentimentales como yo, pensar en sí mismas como artistas del cuadro de su vida hace que vivirla sea un fin en sí y sobre todo para ellos escribo este texto. 

Ahorita me pasa que quiero combinar con él y para ello tengo ganas de irradiar luz. ¡Eso es lo que me ha causado! Quiero ser mi mejor yo y poder darlo a otros. Un poco como agradeciendo que un día levantamos la mirada y alcanzamos a ver estrellas cuando miramos al cielo.


lunes, 4 de abril de 2016

Cast pt. 2

Releyendo lo que escribí en la primera parte, me dí cuenta de lo genérico y tronco que percibía el complejo tema de "lo que no pasa". En parte me estaba proyectando, porque he de admitir que he fantaseado con la idea del amor con alguien aunque no se concrete, ni lo conozca bien. Algo que me ayudó a descubrirlo fue que el sábado fui con unos amigos a Coyoacán a beber mezcal, y saliendo pasamos con un señor para que nos leyera el tarot. Carlos, el pisciano que nos leyó las cartas, me dijo en principio que soy de esas personas que fantasean con la idea de amar a alguien y al final nada sucede...y no me daba cuenta. Apenas voy entendiendo de qué van esas mafufadas piscianas de ser soñadora. ¡Y yo que me burlaba de Kierkegaard! Fuera de esa proyección, está la otra parte que dominaba mi manera de pensar y justificar muchas de las cosas que no he hecho, en términos de citas, porque cuando menos hasta hace poco me dominaba el determinismo cosmológico. En términos coloquiales no es más que la creencia de que todo está pre-destinado. Cuando bien podríamos resolver la angustia de lo que no pasa teniendo ovarios, en mi caso, y teniendo producto de gallina en el de los caballeros. Y eso sí es algo de lo que me puedo jactar porque lo he hecho y puedo decir que es lo que le da sabor a las cosas. Y es que si queremos ganar, hay que arriesgarse, ya sea en el amor, en el trabajo o sólo por aprender cosas nuevas. La trampa de lo que no pasa genera esa angustia en la que más de uno hemos caído por no saber si el otro nos quiere igual, lo que piensa, lo que espera, lo que siente...y que nunca vamos a saber, ni siquiera si preguntamos tal cual, porque siempre hay cabida para la mentira. Entonces queda arriesgarse a descubrir de qué van los otros, confiar en que la trampa es evitable si nos ocupamos en pensar más en lo que nosotros queremos, exponerlo y establecer límites para distinguir si vale la pena compartir el tiempo. Por todo lo anterior, que la solución a eso de lo que no pasa es hacer que pase. Intentarlo vaya. We worry so much that we forget ourselves, we forget the fact that we should only worry about being awesome. Then, go back to the feeling of being a sexy woman by listening to Stevie Ray Vaughan's guitar...