jueves, 21 de abril de 2016

Prioridades

Me acuerdo cuando llevaba un diario. Era, supongo, como ir al psicólogo. Me ayudaba a formar mi personalidad y a aprender a caerme bien al releer lo que escribía. Hace tiempo que dejé de escribir en el diario pero se me quedó algo de la costumbre de escribir, de escribir bonito y de pensar y hacer cosas para seguirme cayendo bien. Pienso que caerse bien es afirmar la autoestima, pero otro día explico más de eso.

Lo que hoy quiero hacer es retomar una vieja costumbre que tenía, de recordarme mis metas. Era una buena manera de auto coacheo porque nunca me ha gustado que estén encima de mí apurándome con las cosas que debo hacer. Sólo yo sé lo que debo hacer, cuándo y cómo lo quiero hacer.

Tenía mis pretextos respecto a por qué no podía continuar la tesis: no tengo stata, decía. Y hace menos de un minuto que lo descargué gratis en internet.

¿Quién sabe de dónde caen los momentos en los cuáles dejas de pensar en cómo hago esto o lo otro y solo haces esto o lo otro? De donde quiera que haya caído, gracias.


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